IVOR PRICKETT
Debido al World Press Photo he decidido coger una fotografía de Ivor Prickett para comentarla,
concretamente la fotografía en la que se
ve a una madre lamentándose ante el asesinato de su hijo. Esta foto fue llevada
a cabo por el fotógrafo irlandés, Ivor Prickett, por encargo del New York Times.
Dentro del World Press Photo, la fotografía esta clasificada en la categoría de
temas de actualidad, ganando el primer premio. La foto narra la recuperación de
la ciudad de Mosul, tras meses de enfrentamientos y dejando miles de civiles
muertos a su paso y gran escasez de alimentos y agua.
Esta foto forma parte de un reportaje que consta de 5
imágenes más, que al igual que esta, muestran las atrocidades que ocurrieron en
Mosul.
Se trata de una imagen en color. La mayoría de las
fotografías de la exposición eran en blanco y negro, por lo que al estar en
color me llamó poderosamente la atención. Lo que más destaca de la fotografía
es el contraste de colores, principalmente entre el gris apagado del suelo y
las paredes y la ropa que lleva la madre, de un azul turquesa con cierto brillo
que destaca fuertemente entre los demás tonos y convierte de este modo a la
mujer en la protagonista de la foto. El resto de colores que podemos observar
en la imagen están notablemente más apagados con respecto a este punto. Sin
embargo, también cabe mencionar los colores de los cubos, azul y amarillo, de
la izquierda de la fotografía y el pañuelo rojo junto a las manchas de sangre
del suelo. A nivel cromático, estos son los elementos que visualmente más
llaman la atención del espectador.
Hablamos de un reportaje foto periodístico, que bajo mi punto
de vista, no ha sido preparado, ni esta fotografía, ni el resto que conforman
esta serie. Como he mencionado al principio, el autor de la imagen es Ivor
Prickett, nacido en 1983, en el condado de Cork, Irlanda. Principalmente
destaca por la serie que estoy comentando, The Battle of Mosul, que le otorga el
primer premio de reportajes gráficos del World Press Photo, así como una
nominación al Premio Pulitzer. La fotografía de la madre, fue tomada entre el 16 de enero y el 16 de septiembre de
2017, en la ciudad de Mosul.
El formato de esta imagen es rectangular con una orientación
horizontal, para de este modo, además de mostrar el dolor y la expresión de esa
madre, contextualizar el lugar donde se encuentra y dar más información a la
escena. Además, de este modo también nos ofrece ese contraste cromático del que
hemos hablado anteriormente. Vemos un plano general con respecto a la figura de
la madre, por la misma razón que el formato y encuadre escogidos, para aportar
más información, para poder ver bien la figura de la madre y para poder
apreciar bien las manchas de sangre del suelo que dan tanta fuerza a la foto.
Teniendo en cuenta el punto de vista de la imagen me cuesta
un poco identificar su angulación. Al ver la altura de los escalones, diría que
se trata de una angulación picado, pero
no en exceso. De este modo, empequeñeces la figura de la madre y la
impotencia que sentiría al ver en la puerta de su casa la sangre de su hijo al
que acaban de matar. En el plano, encontramos que desde la primera gota de
sangre hasta el niño pequeño detrás de la madre están enfocados, por lo
tanto la foto se ha tomado con poca
apertura de diafragma.
Al haber incluido en el encuadre los escalones y además
vistos desde una angulación ligeramente picada, las líneas nos llevan hasta la
figura de la madre. La madre se encuentra justo en la esquina, donde convergen
las líneas de la puerta, los escalones y el suelo. Digamos que ese sería el
punto de fuga de la imagen. Además, podemos ver cómo, el pañuelo arrojado en el
suelo, el cubo azul y la madre forman un triángulo dejando en el centro de este
la sangre del niño. Las líneas horizontales del suelo no están totalmente rectas, sino que cuentan con una ligera
inclinación, aportando de este modo mayor profundidad a la fotografía.
En lo que respecta a la calidad de la fotografía, no deja
nada que desear, y no encontramos ni grano ni ruido en la imagen.
Los valores empleados para tomar la fotografía son un ISO
400, Obturación 1/160, Distancial Focal 25.o mm y Diafragma 11.
En cuanto a la iluminación de la escena, se trata de luz
natural y difusa. La fotografía esta retocada
para aportar ese contraste que le caracteriza y no sabría decir muy bien
de dónde viene la fuente de luz, ya que apenas veo sombras en la escena.
Teniendo en cuenta el ISO que empleó el fotógrafo para capturar la imagen,
puede que se trate de un día nublado. A parte del retoque que he mencionado
para aportar ese notable contraste, no creo que se haya hecho más arreglos en
la fotografía.
Técnicamente, la fotografía es impecable. Personalmente, me
descuadra un poco la ventana de la parte superior izquierda. No entiendo muy
bien su finalidad con respecto a los demás elementos de la imagen, aunque puede
que sea para enmarcar más la escena.
El autor ha conseguido plasmar de una manera preciosa el
dolor y el sufrimiento que se vivió durante el conflicto en Mosul. No se me
ocurre un amor más sincero y desinteresado que el amor de una madre, al igual
que no se me ocurre una pérdida más agónica que la pérdida de un hijo. Es una
fotografía que transmite miles de sentimientos a la vez, pasando desde la
compasión y la tristeza, hasta la rabia y la impotencia. Es una cara de la
guerra que prácticamente va a llegar a todo el mundo, puesto que como he dicho
antes, no hay nada como el amor de una madre a su hijo.
A
nivel compositivo se trata de una fotografía bastante sencilla, pues no consta
de muchos elementos, ni de muchas personas o de un gran elemento impactante,
como la fotografía de Ronaldo Schemidt. Simplemente, es una madre
experimentando la muerte de un hijo. La magia de esta imagen recae sobre esta
figura, su expresión, sus gestos, que reclaman la vida de su hijo y busca una
explicación que nadie le va a dar. No es una fotografía innovadora ni muy original,pero nos impacta de todas formas.
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