WORLD PRESS PHOTO 2018





World Press Photo se trata de una organización sin ánimo de lucro fundada  en 1955 con sede en Ámsterdam. Es conocida por organizar el mayor concurso fotográfico de prensa a nivel mundial. Este año, podemos visitar su 61 edición en las calles de Madrid. Este concurso anual, premia a los autores de las mejores fotografías periodísticas realizadas el año anterior.

En 2017, el friolero número de 4548 fotógrafos, procedentes de 125 países presentaron sus fotografías a este prestigioso concurso. Dichas fotografías son valoradas en términos de precisión informativa, imparcialidad y atractivo visual. Todas y cada una de las fotografías ganadoras pasan por una minuciosa verificación para de este modo asegurase de que realmente el autor de la fotografía ha presenciado la escena que esta capta.

El jurado esta formado por profesionales a nivel mundial de la fotografía, los cuales cambian cada año. Este jurado es totalmente independiente del World Press Photo, que no interviene en la toma de decisiones de los ganadores. El World Press Photo intenta hacer llegar al público la fotografía de prensa a nivel mundial, valorar al fotógrafo que se ha dejado la piel para poder capturar el momento y que nosotros podamos contemplarlo. Desde su fundación, ha ido evolucionando hasta ser el World Press que he  tenido la oportunidad de ver este 2018. De las categorías premiadas durante su historia, cabe mencionar:


  • ·World Press Photo of the year: premio al fotógrafo que capture el evento más relevante del año, periodísticamente hablando.
  • ·Medio ambiente: premio a la mejor fotografía, o serie que cuente cómo el ser humano impacta en el medio ambiente, ya sea positiva o negativamente.
  • ·Asuntos contemporáneos: premio a la mejor serie o fotografía que narre sucesos que atañen a la cultura, política o sociedad
  • · Proyectos a largo plazo: premio a la mejor serie fotográfica tomada en al menos tres años.
       Algunos de los fotógrafos que han sido galardonados con el World Press Photo of the year son :      
Samuel Aranda en 2012








Eddie Adams en 1968





Yasushi Nagao en 1961  




Y este año Ronaldo Schemidt



Este año, podemos observar la exposición en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). La fundación arquitectura es una organización  sin ánimo de lucro formada en 1990 con el objetivo de promover la arquitectura, el urbanismo y valores relacionados con el desarrollo de la ciudad. Además de la arquitectura, gracias al nuevo proyecto, iniciado en 2005, con la colaboración del ayuntamiento de Madrid y COAM, también podemos disfrutar de numerosas exposiciones en sus instalaciones, como por ejemplo el Wild Photographer of the Year 2018, la exposición de Sáenz de Oíza o el Festival Internacional de Cine y Arquitectura 2018, entre otras.

Se encuentra en la calle Hortaleza 63, en la Comunidad de Madrid, en el barrio de  Chueca, en el antiguo  Colegio de las Escuelas Pías de San Antón, que anteriormente fue un hospital para leprosos. Hoy en día se trata de un espacio multifuncional que alberga  la nueva sede de COAM, la Fundación Arquitectura, el Instituto de Arquitectura, centros de formación de posgrado, una biblioteca, el Servicio Histórico y una sala de exposiciones. En autobús le corresponde la línea 62 y en metro sería la línea 5 (chueca).

Podéis encontrar más información sobre el establecimiento y sus actividades en su página web:   http://www.coam.org/es/actualidad/agenda/agenda-coam 

Nada más entrar en la sala de la exposición, nos encontramos con que esta está dividida en tres pasillos. Para ver las fotografías de forma adecuada habría que empezar por el primer pasillo de la derecha, en el que se encuentra un panel con la información básica sobre la organización World Press Photo y su concurso. Seguidamente, encontramos el premio World Press Photo of the Year de este año( la fotografía de Ronaldo Schemidt del principio del documento).Este primer pasillo es el más crudo de los tres que veremos en la sala. Podemos encontrar fotógrafos como Kevin Frayer, 2º premio de reportajes gráficos en la categoría de temas de actualidad, Ivor Prickett, 1º premio reportajes gráficos en temas de actualidad, así como nominado a World Press of the year, Patrick Brown, 1º premio fotografías individuales en temas de actualidad o Richard Tsong-Taatarii, 2º premio de fotografías individuales en la categoría de temas de actualidad, con el que concluimos este pasillo.

En el siguiente pasillo desciende la crueldad de  lo captado por las imágenes, aunque en pequeña medida. Lo que más me impactó de esta segunda parte de la exposición fueron las fotografías captadas por Javier Arcenillas, 3º premio de proyectos a largo plazo, aunque personalmente yo le hubiese nombrado ganador de esta categoría, puesto que no era capaz de apartar los ojos de sus fotografías. También podemos observar la obra de Anna Boyiazis, 2º premio de reportajes gráficos en la categoría gente,  o Alessio Mamo, 2º premio fotografías individuales en la categoría gente.

Por último, en el tercer pasillo, encontramos fotografías que dejan a un lado a las personas y se adentran más en temas relacionados con la naturaleza y la categoría de medio ambiente, pero que incumben de igual forma, o puede que incluso más, a la sociedad. Encontramos pues, imágenes de Daniel Beltrá, 2º premio reportajes gráficos en la categoría de medio ambiente o Thomas P.Peschak, 2º premio fotografías individuales de medio ambiente y  3º premio en este mismo ámbito.

A la hora de dar una opinión acerca del World Press Photo, no encuentro palabras para poder definir con exactitud y de una forma concisa lo que me ha parecido. Simplemente, no me esperaba ver algo así. Aún a día de hoy, sigo impactada por las imágenes que vi. Fue precisamente este tipo de fotografía lo que me llamó la atención e  hizo inclinarme por estudiar fotografía, más concretamente, al ver el trabajo del fotógrafo Steve McCurry. Durante la mayor parte de la exposición, tuve los ojos inundados por las lágrimas. Técnicamente, las fotografías son sublimes, hechas con una calidad, un encuadre y una composición exquisitas. Pero, sin desmerecer la parte técnica, creo que realmente lo bonito e increíble de una exposición, tanto del World Press, como cualquier otra exposición, ya sea de pintura, escultura o un concierto, es la emoción que consigue crear en el público. Y para mí, sin duda alguna, es la parte más complicada de todas, el llegar a la gente, gente a la que no conoces de nada ni te conocen a ti y poder hacerles sentir algo con tu trabajo y con tu obra, independientemente del sentimiento que provoques, el hecho de que las personas sientan tu obra, es lo más difícil, bello y apasionante de dedicarte a este oficio. Y es precisamente debido a esto, por lo que para mí esta es una exposición absolutamente sobresaliente, más allá de las imágenes en sí, la temática o la disposición de las fotografías, la cuál me pareció bastante correcta, puesto que establece una degradación en la dureza de las fotografías y lo que capturan. 

El tema del foto-periodismo, en mi caso, como he mencionado previamente, es el motivo por el que decidí estudiar fotografía. Me parece un tema con mucha fuerza y sobretodo mucha importancia para con nuestra sociedad. Tras ver una exposición que aborda esta temática, me entran ganas de irme a mi cama a llorar y no salir nunca más, pero precisamente eso es lo bonito de este tema, el hecho de que te despierte ese sentimiento. Aunque realmente quiera irme a un rincón a llorar, al ver estas exposiciones, también me motivan enormemente para poder hacer algo similar en un futuro. Creo firmemente que el arte, en su inmenso abanico de posibilidades, esta para alertar a la sociedad de lo que está haciendo y del camino que ha tomado, puesto que, a fin de cuentas el arte es  un reflejo de la sociedad, y exposiciones como el World Press Photo y el fotoperiodismo son una de las maneras más impactantes y bonitas de hacerlo.

Me es muy difícil nombrar una única obra que más me haya gustado de toda la exposición. Sin quitar relevancia al resto de fotografías, me quedé muy impactada con el proyecto a largo plazo de Javier Arcenillas. Lo que más me gustó de estas fotografías fue la historia que hay detrás, así como el punto de vista. Son fotografías que captan momentos muy duros y en algunos casos íntimos, pero todo desde un punto de vista atrayente, que te invita a que te quedes mirando y no apartes la vista de la fotografía. Generalmente, no soy una apasionada del blanco y negro, pero el contraste que se ve en estas imágenes me encantó. No sé si habrían funcionado igual las fotografías en color, ya que el blanco y negro, dentro del caos de los sucesos que muestra, le da una homogeneidad  y un nexo de unión a todas las imágenes. Probablemente, teniendo en cuenta el contenido de las fotos, a mí en color me hubiesen hipnotizado igual.

Teniendo en cuenta la magnitud, trabajo y calidad de la exposición, sencillamente no me atrevo a decir la obra que menos me haya gustado. Puedo decir que el nivel de impacto fue menor en el tercer pasillo, y por consiguiente podríamos afirmar que fue el que menos me gustó, pero francamente, no recuerdo la obra que menos me gustó.

Sin lugar a duda, recomiendo una y mil veces ver esta exposición a quien tenga oportunidad. Te hace reflexionar aspectos de la sociedad en la que vives que ni siquiera sabías que existían y de verdad te abre los ojos con respecto a los acontecimientos que ocurren a tu alrededor, a una velocidad vertiginosa y con una de la mejores formas posibles, a través de una fotografía.

No obstante, para ser completamente honesta, me decepcionó un poco la sala de exposición. Me pareció muy pequeña, con una iluminación que dejaba bastante que desear y en definitiva, que no estaba a la altura de la exposición que ofrecía.









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